"Haz lo que te dé la real gana, pero que te haga feliz"

viernes, 27 de marzo de 2015

Pequeñas pero grandes diferencias austro-españolas

En esta entrada me gustaría hablar de pequeñas diferencias culturales que he podido observar en tierras austríacas. Algunas desde luego van a sorprender a más de uno y más de dos...



  • Los zapatos y las casas: cuando entras a una casa fuera de España, muchos sabemos que tenemos que quitarnos los zapatos y dejarlos en la entrada en una colección un tanto variopinta.

            A veces puede ser algo así:
                

                Pero en la mayoría de los casos la entrada termina siendo algo tal que así:

               
Ventajas: realmente llevan algo de razón si pensamos en la limpieza. Los zapatos con los que hemos pisado la calle, no deberían ensuciar el suelo de casa. Además, si llevas tacones a una cena en casa de unos amigos o vas a una fiesta, sabes que el tiempo que los llevarás puestos va a ser solamente la mitad de la noche.

Desventajas: 1. la otra mitad de la noche irás descalza probablemente con unas pintas un tanto ridículas con las punteras de tus medias. calcetines de colores o con un calcetín de cada color. 2. Además, deberías limpiar el suelo más a menudo, ya que si invitas a tus amigos a casa y salen con los calcetines negros, quizás la impresión que tengan de ti podría ser un tanto diferente. 3. Si el suelo está mojado, vas fregándolo todo y casi es peor el remedio de no llevar los zapatos que la enfermedad.

Mi primera vez: la primera vez que me invitaron a una casa austríaca no me di cuenta de este detalle de los zapatos en la entrada hasta que vi la famosa colección y para mi gran sorpresa tenía un SEÑOR TOMATE en los calcetines (además de ser uno de color gris y otro de color marrón). Después de este día hice jubilación de calcetines y tiré todos los impresentables EXCEPTO uno de Papá Noel que justamente fui a ponerme el siguiente día que fui invitada a una casa en Viena.



  • Los horarios de las comidas: empiezo a pensar que los raros somos los españoles con nuestros horarios tardíos de comidas. La vida en Austria empieza normalmente antes que en España, por ejemplo en los colegios e institutos empiezan las clases a las 7:45 aproximadamente (lo que me parece un castigo tremendo para las pobres criaturas, el cerebro no está preparado para escuchar una clase de historia a esas horas intempestivas, ¡por dios!) por lo que el desayuno también debe adelantarse y por poner otro ejemplo, los supermercados abren algunos de ellos a las 7:30 (igualito que en España, vaya). La hora de la comida si es un poco más parecida a la española porque depende del trabajo de cada uno, puede variar desde las 12:00 hasta las 14:00. Por último, la hora de la cena es LA GRAN DIFERENCIA: aquí las personas normalmente cenan entre las 18:00 y las 20:00.
Ventajas: la hora de la cena es más saludable para el cuerpo, teniendo en cuenta que como el día empieza antes, también te acuestas antes los días laborables y es mejor no tener el estómago lleno al irse a dormir.

Desventajas: a veces no sabes qué estás haciendo, desayunando, comiendo, cenando, merendando... o todo al mismo tiempo. Además, si te habitúas al horario austriaco, al español también tienes hambre, CONCLUSIÓN: unos kilitos de más no te los quita nadie, al final de saludable nada.

Mi primera vez: la primera vez que fui a un cumpleaños, la hora de quedada para tomar algo fueron las 20:00. Ese día no tenía demasiado tiempo y salí de la ducha volando sin merendar ni siquiera rumbo a una fiesta en la que no sabía si iba a poder comunicarme con los asistentes en alemán o acabaría haciéndolo por lengua de signos. La cosa es que cuando llegué me di cuenta de que no había cenado y la gente de la fiesta ya lo había hecho antes de llegar.... ¡FAIL!





  • El tiempo: No será una sorpresa que lo que más eche de menos de España sea mi amado sol. Y es que aunque en Viena este invierno no ha sido un verdadero invierno austríaco según me dicen los lugareños (las temperaturas no han sido tan bajas como otros), el color del cielo más habitual por estos lares es un tono grisáceo que no te saca las sonrisas que te sacan unos rayitos españoles.
Por eso aquí la gente inaugura las heladerías y empieza a comprarse bikinis y gafas de sol en cuanto ven un poco de sol esperanzador en marzo.



  • Los pasos de cebra: vale, que no se debería cruzar cuando el semáforo está en rojo, lo sabemos todos; pero de ahí a que casi todo el mundo en Viena esperara rigurosamente aunque no vinieran coches por ningún lado a que el semáforo se pusiera en verde, a mí empezaba a extrañarme. «Donde fueres haz lo que vieres» dice este dicho, así que yo en la medida de lo posible intentaba siempre respetar los semáforos aunque me sintiera tremendamente estúpida si no venía ningún coche y además tenía prisa (como pasa algunas que otras veces...). 
Hasta que un día, EL DÍA llegó. Ese día iba con prisa y no me paré ni siquiera a mirar el color en el que estaba el semáforo para los peatones en ese momento, simplemente no venían coches, y eché a correr. Hasta que un policía 4x4 y con cara de pocos amigos me paró los pies (casi literalmente, porque yo iba dispuesta a comerme a quien se me pusiera por delante en ese momento de la velocidad que había cogido, era una bala). En ese momento el hombre con bigote me dijo: ¡30 euros!. Creo que así fue mi primera conversación fluida en alemán, el miedo que esas palabras desataron en mí, me hicieron soltarme. Le enseñé el DNI y le dije que no tenía ni idea (lo cual era totalmente verídico) de que podían ponerme una multa y que tampoco había visto bien el semáforo (otra verdad como un templo). Al final, olió el miedo en mi mirada y me dejó ir en paz (y con todos mis euros), pero no sin antes decirme: «¡En España también te ponen una multa si el semáforo no está en verde así que deberías haberlo sabido!». Por favor, si alguien lee esta entrada y conoce a alguien al que le hayan puesto una multa en España por cruzar con un semáforo en rojo para peatones cuando no había coches a la vista, por favor, que me lo haga saber (¡ya es simple curiosidad!).



  • Algunas diferencias importantes en los colegios e institutos: 
    • Las notas:
En Austria van del 1 - 5 (el 1 corresponde a la mejor nota y el 5 al suspenso).
En España van del 0-10 (por debajo del 5 se considera suspenso y por encima aprobado y la mejor nota es el 10).
    • Las clases de educación física:
En Austria tienen normalmente clases de educación física por separado, por un lado las chicas y por otro los chicos.
En España las clases de educación física se dan todos juntos.
    • Los zapatos:
En muchos colegios de Austria, los alumnos deben dejar su calzado de calle en unas taquillas en la parte de abajo de los institutos o colegios y después subir a sus clases con ¡ZAPATILLAS DE ESTAR POR CASA! Sólo los profesores pueden ir con calzado de calle.

Se supone que la razón es la limpieza del colegio y la seguridad de los alumnos porque debido a las condiciones climatológicas puede estar el suelo mojado por la lluvia y la nieve y ser peligroso, pero entonces, ¿por qué los profesores no deben hacerlo también?

Por supuesto esto es algo con lo que por lo menos todos mis alumnos no están de acuerdo.
Mi cara fue un poema la primera vez que mire a una alumna a los pies y entonces me di cuenta. Por cierto, por si alguien quiere saber cómo ir a la moda en zapatillas de estar por casa, al menos en los institutos en los que trabajo, están son las que más se llevan:

¿¿¿¿¿No habrá modelos que tienen que ser éstas precisamente?????

Y hasta aquí las primeras diferencias de las que tengo el placer de informaros.

Espero que os guste y si alguien tiene más ideas, no dudéis en compartirlas :)













domingo, 1 de marzo de 2015

Busca y encuentra piso en Viena...

En esta entrada me gustaría compartir mis primeras sorpresas cuando llegué a Viena a la hora de encontrar piso...

Encontrar piso en Viena, eso que para muchos parece imposible durante un tiempo




El problema realmente no es que no haya pisos en alquiler, o habitaciones en WG´s, que es como se les llama aquí a los pisos compartidos, que «haberlos haylos». El problema es que normalmente los pisos disponibles no te vienen bien para ir al trabajo, o la habitación es una habitación de paso (todos los compañeros/as de piso tienen que atravesar tu habitación para llegar a otras zonas compartidas como la cocina o el baño), o el alquiler está extremadamente caro, o la casa no tiene salón, o las habitaciones están sin amueblar y tienes que buscarte la vida, o envías 100000 emails a pisos que encuentras en internet y te contestan de dos de ellos.


A mucha gente a la que sí contestan a dos de los 10000000 emails, le hacen como una especie de casting en el que te sientas con tus competidores luchando por la habitación prometida (que posiblemente sea un gran mojón pero ya estás tan desesperado que vas dispuesto hasta a hacerles la pelota y llevarles un gin-tonic a los encuestadores si hace falta). En este momento del concurso, los intereses comunes con los encuestadores juegan un papel fundamental. Si el tema es la ópera, te las das de entendido; si el tema es el alemán, sacas todas tus armas y todos tus conectores y frases coloquiales que conoces y al toro. Normalmente entre extranjeros puedes defenderte bien, pero si tus competidores también son austríacos o si ellos verdaderamente sí tienen esas cosas en común, date por «jodido» claro.




En mi caso personal, de los dos emails a los que me habían contestado, uno me envió un mensaje para cancelar nuestra cita para ver el piso el mismo día por la mañana porque ya lo había alquilado, y al otro le llamé para confirmar yo nuestra cita y él sí me confirmó, pero la cancelación de la misma porque ya no estaba disponible.
Otra cosa característica de los alquileres en Viena es que la fianza no es un mes como normalmente suele ser en España o al menos en Madrid por lo que yo tengo entendido. La fianza o Kaution normalmente aquí no baja de los 700 euros y la cifra más común ronda los 1000 €.

Pero lo que me parece sin duda lo peor de buscar piso, es que la mayoría están sin amueblar o si están amueblados, la persona que deja la que será tu futura habitación (eso teniendo en cuenta que sepas preparar bien los gin-tonics y que sepas cantar «La flauta Mágica») ha pagado los muebles que ahora serán para ti y te pide un dinero por ellos que aquí llaman Ablöse.

También existe en Viena la posibilidad de buscar una residencia de estudiantes. El precio normalmente suele ser más elevado que el alquiler, pero eso es lo de menos. Lo que importa es que haya plaza, y creo que hay gente que debe reservar la plaza cuando tiene 7 años, para que se la vayan guardando para sus años de universidad. Y cuando te dan una de esas plazas porque ocurre un milagro, alguien se va a vivir con sus competidores de la entrevista del principio en el piso o quién sabe qué misterios de la vida, puede que no sea lo que esperabas. Si la habitación es para ti solo, por lo general no puedes tener queja: un baño (pequeñito, sí) para ti solo, nevera, mini-vitrocerámica, microondas-grill, armarios, estanterías, cama, escritorio, sillas, vaya, un lujo para muchos. Pero si por el contrario tienes la mala suerte de compartir la habitación con algún estudiante que duerme y vive con un bañador de flores, escucha música justo cuando tú te pones a estudiar, echa la comida por el fregadero y en las noches lluviosas se trae a su novia sin pudor ni respeto alguno para pasar una noche de pasión entre tuppers y bolsas de basura amontonadas, igual se te quitaban las ganas de haber recibido esa plaza. Otra de las desventajas de las residencias es que tienen alarmas de incendios (eso es una ventaja) que a veces suenan a altas horas de la noche (y eso no es tan ventajoso).




Otra dificultad más que se añade a la búsqueda, es que en la mayoría de los pisos lógicamente quieren escoger a un candidato que se quede el mayor periodo de tiempo posible para no tener que volver a hacer entrevistas de compañeros de piso demasiado pronto.
Pues una vez encontrado el piso, SÍ, tranquilos que es difícil pero lo último que se pierde es la esperanza, llega el momento de ir afrontando las dificultades.




Pero eso ya lo contaré detenidamente en el próximo episodio...